¿Qué es el secreto industiral?

Para una startup puede resultar crucial proteger todas aquellas innovaciones que aportan valor a lo que hace. Pensemos no sólo en las características intrínsecas a un producto final, sino en todo eso que está antes o en torno a dicho producto: protocolos de atención al cliente, estrategias de marketing, metodologías internas de trabajo, en suma, todo ese capital que es el conocimiento que una empresa ha desarrollado sobre su negocio.

Formas de propiedad industrial como la patente resultan inaccesibles o de plano inadecuadas en determinados casos, ya sea por el costo que implica gestionar una patente o porque lo que se pretende patentar no se puede proteger bajo esa figura.

En muchos casos el secreto industrial es la mejor alternativa para proteger esos recursos reales pero intangibles de la empresa.

La documentación es el punto de partida

El secreto industrial es un derecho tutelado por el marco jurídico mexicano sobre propiedad industrial. Se define como toda información que reserve una persona física o moral con carácter de confidencial y que le represente una ventaja competitiva.

A diferencia de otras formas de propiedad industrial, ésta no requiere de ningún tipo de registro. Ésta es quizá la principal ventaja del secreto industrial.

Sin embargo a esta ventaja le es correlativa la responsabilidad de llevar una correcta documentación de la información que se pretende poner como secreto industrial. Si no hay documentación de dicha información no hay secreto industrial.

Imaginemos el caso de una startup que desarrolla un algoritmo de machine learning altamente eficiente para la clasificación de textos. Podría intentar patentar el algoritmo sin embargo el proceso podría implicar un costo alto en tiempo y dinero, mientras tanto la startup tendrá posiblemente que unir a más programadores al proyecto que irán conociendo en menor o mayor medida la forma en la que trabaja el algoritmo.

La mejor alternativa en este hipotético caso es el secreto industrial. Pero ello implica hacer una documentación precisa del mismo y diseñar una ingeniería jurídica que garantice que los colaboradores aún accediendo a conocimiento crítico no puedan hacer uso de éste.